«Al ritmo que vamos habrá que ampliar los laboratorios del Muja»

(noticia tomada de El Comercio, domingo 7 de enero de 2007)

JOSÉ CARLOS GARCÍA RAMOS DIRECTOR CIENTÍFICO DEL MUJA

El director científico del museo cree que los restos de dinosaurios que aparecen en la costa asturiana colapsarán los almacenes «en seis o siete años»

BLANCA M. GARCÍA/COLUNGA

EL PERFIL

Nace en: Gijón, el 19 de marzo de 1945.

Trayectoria: pasó los primeros años de su vida en Sama de Langreo y poco después se trasladó a Oviedo, donde estudió Geológicas. Desde 1970 es profesor de esa facultad, trabajo que combina desde finales de 2004 con la dirección científica del Muja.





ANÁLISIS. García Ramos sostiene un hueso de estegosaurio en uno de los laboratorios del Museo del Jurásico. / NEL ACEBAL



Decir que sin José Carlos García Ramos no habría dinosaurios en Asturias quizás parezca descabellado, aunque lo cierto es que gracias en gran parte a él hoy en día tenemos pruebas suficientes como para estar seguros de que efectivamente vivieron en la región este tipo de animales. El geólogo fue la primera persona que descubrió las icnitas de la playa de La Griega (Colunga), y también la que más empeño puso en conseguir un museo sobre los dinosaurios.

- ¿Cómo descubrió las huellas de La Griega?

-Desde que tenía seis o siete años siempre me gustó mucho todo lo relacionado con la geología y disponía de una amplia colección de helechos fósiles que había ido extrayendo de las escombreras de las minas de Sama de Langreo. Yo pasaba los veranos en Colunga porque mi madre era de allí y como solía ir a pescar muy a menudo con mi padre por el acantilado, aprovechaba para observar las rocas. Calculo que fue hacia 1968 o 1969, poco antes de acabar la carrera, cuando me di cuenta de que en la playa de La Griega había pisadas que podrían atribuirse a un dinosaurio enorme.

-¿Y lo publicó?

-Se lo había comentado a algunos amigos y ellos se lo tomaban a broma porque no se lo creían. Después empecé a consultar algo de bibliografía para ver si existía algo parecido, pero como no vi que se hubieran encontrado en ningún sitio huellas tan grandes no me atrevía a sacarlo a la luz. En 1975 publiqué en una revista un artículo sobre otros tipos de huellas de Asturias y más tarde, cuando ya estaba seguro, saqué lo de La Griega.

-¿Qué proporción guardan éstas en comparación con las de otros países?

-Son las segundas más grandes del mundo, por detrás de otras que aparecieron en Australia. En Colunga, la de una de las extremidades posteriores mide 1,20 metros de diámetro, lo que se supone que correspondería a un animal que mediría unos 40 metros de largo. Las huellas van en algunos casos por delante de los huesos, y de hecho todavía no se han encontrado en el mundo los huesos de un dinosaurio tan grande.

-¿Qué posibilidades hay de que esos huesos aparezcan en Asturias?

-Hay bastantes posibilidades. En el museo tenemos una ulna -un hueso que equivaldría al cúbito de una persona- de 1,25 metros de largo y eso indica que aquí había dinosaurios muy grandes. También podrían aparecer en Estados Unidos o cualquier otro lugar. Vamos a publicar un estudio realizado en colaboración con el experto de la Universidad de Colorado Martin Lockley en el que comparamos las huellas de dinosaurios que había en el Oeste de Norteamérica con las de Asturias. Creemos que en la época del Jurásico, cuando Norteamérica y Europa estaban muy próximas, pudo haber pasos de comunicación entre ambos continentes.

Huesos de aves

-Según algunas de las icnitas del museo, las primeras aves del planeta podrían doblar en tamaño a lo que creían los expertos.

-Es probable que se empezaran a desarrollar antes de lo que pensábamos, pero las posibilidades de encontrar sus huesos son bajísimas porque hasta ahora los únicos hallazgos de aves primitivas del Jurásico fueron de Archaeopteryx.

-¿Qué distingue los restos de la región con los de otras comunidades?

-En La Rioja, por ejemplo, hay más huellas, pero aquí están muy bien conservadas, hay muchas variedades que no aparecen en otras zonas y no hay otra zona del mundo donde las huellas tengan tantas impresiones de la piel.

-¿Cuáles han sido los mayores descubrimientos de su equipo?

-Tenemos el mayor número de huellas de estegosaurios del mundo, también la mayor huella de un Terópodo -carnívoro- y probablemente las mejor conservadas de Pterosaurios -reptiles voladores-.

-¿Están bien señalizadas en los acantilados?

-La Consejería de Medio Ambiente hizo un esfuerzo importante, pero es necesario añadir algunos carteles indicativos y reponer otros que han desaparecido.

-¿Cómo hallan estos restos?

-En las épocas de lluvia los fragmentos de las rocas con las huellas o los huesos caen al pie del acantilado y las tres personas que formamos el equipo de investigación del museo aprovechamos para excavar antes de que los destruya el mar o los oculten otros desprendimientos. Esa rapidez nos obliga a recorrer el acantilado continuamente, no damos abasto para recoger todo el material. Estoy convencido de que habrá muchísimas generaciones de asturianos que obtengan huesos y huellas, y eso quiere decir que el museo seguirá en activo.

-¿Necesita alguna mejora?

-Yo entiendo que hay limitaciones, pero echo de menos disponer de alguna persona más para repartir todo ese trabajo.

-El museo, ¿se les queda pequeño?

-Al ritmo que vamos en seis o siete años podríamos colapsar los laboratorios y almacenes, así que tarde o temprano habrá que pensar en algún sistema para ampliar la capacidad actual.

-¿Cómo evalúa estos casi tres primeros años desde su apertura?

-La apuesta de la Consejería de Cultura ha sido muy acertada y creo que están contentos con el equipamiento. Gracias a él podemos trabajar cómodamente en nuestros propios despachos e intercambiar datos con otros museos.

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